martes, 17 de mayo de 2011

La elegancia de lo superfluo.

Pero, pero ¿Qué carajo pinta ésto aquí?
La crisis parece amainar por todo elmundo, pero aquí, en España, todavía nos queda para rato. Aún así no son pocos los que, perteneciendo al grupo del quiero y no puedo intentan seguir llevando una vida de dispendio cómo antes de que la recesión nos enganchara. Son esos nuevos ricos, entendiendo por tales que tenian un buen chales y mejor coche, algún caballo y apartamentos en la costa. Son esos que han agravado la ya de por sí grave crisis que nos afectaba.

Cómo todos tenemos algún especimen de éstos alrededor, obviaré que son sólo estómagos agradecidos (en política) o chanchulleros profesionales (todos los demás). El hecho es que esta gran mayoría de piojos revividos, que fundamentaron su fortuna en la Construcción sin saber siquiera escribir, siguen siendo eso, piojos revividos. Son ciertamente estafadores que, a parte de dejar a deber dinero tanto a empleados cómo a proveedores, se dedican a vivir de unas rentas obtenidas de manera totalmente indecente. De ésto puedo dar buena cuenta pues ciego no soy y sigo viendo a propietarios de empresas que cerraron por la crisis, pusieron unos cuantos padres de familia en la calle y después de torear a los porveedores unos cuantos meses formaron otra razón social y a seguir viviendo.

Ojo, no quiero decir y Dios me libre de dar a entender,que todos sean iguales. Habrá de todo, pero por lo general, el portotipo de pelotazo en un pais cómo el nuestro es tipo medio analfabestia, con mucha cara y mejor palique que, de la noche a la mañana se hace rico con cuatro ladrillazos. En éste concepto podemos variar la profesión de constructor a fabricante de cualquier cosa, pues en la gran mayoría de los casos y por eso se ha dado el porblemón que tenemos, unos dependían de otros. Es la teoría del dominó. A saber, si el constructor cae, el fabricante de ladrillos va detras. El que suministra la arcilla ya ni te cuento. A final unos por otros la casa sin barrer y la situación de culo y cuesta abajo. El que tuvo, retuvo y al que no le dieron por el culo. Eso es ley de vida y así nos está viniendo, cómo algo pesado y lejos de ser pasajero algo que ha venido a quedarse.

Es en estos instantes cuando empezamos a abrir los ojos. Es lo que tienen las crisis económicas. Nos hacen ver que detrás del papel dorado solo hay mierda. A saber, el excremento flota, cómo es de todos sabido. Si te cagas en el mar el zurullo saldrá a flote por detrás y es lo que ha pasado con la crisis que nos embarga. Tanta porquería hay debajo de ésta crisis que, habiéndose caido el insostenible estado del bienestar, a fuerza de empujar, el zurullo ha salido. La sobredimensión con las que algunos han rodeado sus vidas es tal que, a fuerza de tirar de la manta esta se ha terminado rompiendo y salen cosas tan irónicas cómo ese pijo con su Audi A6 que va a hechar cinco euros de gasoil porque "no le llega para más". Y eso me asusta porque si esa gente, que son los que se supone que deben de tener dinero le echan conco euros al audi mientras yo le meno veinte a mi tartana de diez años es que algo está fallando. O la forma o el contenido.

¿Se va ésto al carajo?¿Nos lleva estó al ostracismo? No necesariamente. Esto lo hemos porvocado nosotros, por lo que nada salvo nosotros mismos nos lleva al infierno de la insolvencia. Son esos coches, casas, vacaciones, copazos que nos hemos apretado tantos años. Esa elegancia con la que hemos sobrellevado una economía superflua basada únicamente en el ladrillo. nada de industria, nada de I+D+i, sólo arcilla prensada y cocida a precio de platino que nos ha demostrado lo que somos y nunca mejor dicho, gigantes con piel de barro.

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